Para Seligman el optimista no es aquel que no tiene pensamientos negativos (y en forma simétrica pesimista no es aquel que no tiene pensamientos positivos), sino que el optimismo y el pesimismo tiene que ver con la forma como se explican los acontecimientos. Los optimistas creen que los acontecimientos / eventos positivos o felices son permanentes (se mantendrán en el tiempo), generales (afectarán diferentes áreas de la vida) y son causados por sus acciones. A la vez que piensan que los acontecimientos / eventos negativos son temporales, específicos y productos de las circunstancias.
En el desarrollo de una disposición más pesimista u optimista juegan un rol clave los padres y educadores, principalmente en la forma en como se reprende y se critica a los más pequeños, cuando se comportan de manera inadecuada. Paso a compartir con ustedes que no tendríamos que hacer al reprender y criticar a un niño y cual sería la manera saludable de hacerlo, para ayudarlos a adquirir un enfoque positivo frente a la realidad y las dificultades.
Lo que hay que evitar:
- Usar la palabra siempre: La palabra “siempre” da a entender que el problema es general y que no cambiará nunca. La reacción emocional es exagerada y producirá demasiada culpa y la creencia distorsionada en el niño, que no será posible superar esa conducta.
- Usar la palabra nunca: Expresiones tales como, “ Te lo dije un millón de veces” y “Nunca escuchas”, no hacen mas que inducir la culpa. Implica además que hay algo permanente y negativo en el carácter del niño/a.
- Definir el problema en forma catastrófica: Describir el problema en términos catastróficos, con expresiones tales “ Es insoportable” “ Es terrible lo que hiciste” “ Que espantoso, no me puedes hacer esto” “ Y ahora qué vamos a hacer” “ No vas a llegar a nada si no pasas de año”, hace creer al niño que se está causando estragos en el bienestar familiar, y en su futuro.
- Castigos poco precisos: Como “ Ve a tu habitación y piensa en lo que hiciste ”. En este caso el castigo no es claro ni específico. Lo que lleva a que el niño rumie la situación, sin encontrarle solución y se sienta culpable. Con ello no le damos oportunidad de aprender o hacer algo para remediar su error.
Lo que es saludable hacer ( modelo de crítica positivo )
- Precisar que ha hecho mal: Describiendo claramente los sentimientos que se tiene, por ejemplo "Juan , hiciste algo que realmente nos causó inconvenientes a tu padre y a mí, y estamos muy enojados” " Te dijimos 5 veces que ordenaras”, en este caso el adulto describe el incidente con precisión y coloca el problema del niño términos temporales y modificables.
- Explicar exactamente lo ocurrido: La causa del problema y su efecto, por ejemplo “ ...a causa de que no ordenaste el desorden que hiciste en la cocina, y que venían visitas tuvimos que limpiar nosotros, lo que nos impidió hacer otra cosas...".
- Poner un castigo claro y de acuerdo a la edad: " Quiero que te quedes en la habitación durante quince minutos y pienses en lo que he dicho. Luego quiero que me digas qué puedes hacer para que la cocina quede ordenada y esto no ocurra de nuevo. Escribe por lo menos dos maneras de resolver este problema". Esto es un castigo acorde a un niño, le permite reflexionar y encontrar la solución sin sentirse culpable y aumentado su sentido de auto-eficacia.
Lic. Psic. Fernanda López Romano