lunes, 2 de mayo de 2016

6 formas de promover la mentalidad de crecimiento en los niños


Desde pequeños se pueden observar diferencias en los niños, algunos pueden mantenerse motivados y constantes a lo largo del proceso de conseguir alguna meta, pueden superar el fracaso y aprender de sus errores y aceptan tareas difíciles con entusiasmo y diversión.

¿Qué hace que los niños persistan? ¿Qué los hace esforzarse para conseguir metas que se extienden en el tiempo? ¿Qué los hace trabajar, para obtener buenas resultados y  tener éxito en la vida?

Carol Dweck ha investigado por años tratando de responder estas interrogantes. Su propuesta es que existen dos tipos de formas de responder e interpretar las situaciones, Dos "mentalidades" que están relacionadas a la capacidad de logro y constancia ante los objetivos a largo plazo, la mentalidad fija y mentalidad de crecimiento (o mentalidad de mejora).

Una mentalidad fija se produce cunado la personas creen que sus habilidades, talentos, conductas o inteligencia son rasgos constates inalterables, se tiene una cierta cantidad y eso es todo. Cuando las personas experimentan este modo de pensar se preocupan por que la gente piensa de su capacidad y se intimidan ante el éxito de otros, dejan de intentar mejorar, porque carece de sentido.

Una mentalidad de crecimiento, en cambio, se produce cuando las personas creen que su talento y habilidades se pueden desarrollar a través del trabajo duro, buenas estrategias y la ayuda o aportes de los demás. Estas personas aceptan los desafíos y se enfocan en el proceso, en los errores y como superarlos, no en el resultado y a diferencia de la mentalidad anterior si alguien ya ha logrado conseguir una meta como la suya lo toma como inspiración y motivación.

Dweck ha descubierto que el hecho de que los padres tengan una mentalidad de crecimiento no significa que sus hijos los tengan de forma automática. Por eso los padres deben centrarse de forma activa en el proceso del niño, sus estrategias, su capacidad de trabajo, el uso de recursos y asociarlo a un proceso de mejora, en lugar de enfocarse en la capacidad o los resultados que obtiene el niño.

En síntesis la forma de promover la perseverancia y el logro de metas a largo plazos en los niños es desarrollando en ellos una mentalidad de crecimiento. Eric Barker recopila seis consejos de Carol Dweck para hacer esto:

1. No elogiar la capacidad o inteligencia:

Celebrar las habilidades del niño puede promover la mentalidad fija. Si el niño piensa que tiene una cualidad y los demás se siente orgullosos de él por ella, puede llegar a concluir que es posible perderla  y debido a eso tomara menos riesgos y serán más propensos a dejar de enfrentar nuevos desafíos. En lugar de elogiar al niño por su talento trate de centrarse y felicite al niño por los procesos, estrategias, esfuerzo o elecciones que adopta.

2. Felicitar por el resultado, pero conectándolo al esfuerzo:

No se trata sólo de considerar el proceso sin tener en cuenta el resultado.  Hay que celebrar el resultado obtenido por el niño, pero hay que unirlo al esfuerzo que hizo para alcanzarlo, no a un talento o habilidad innata. ¿Pero que sucede si el niño no obtiene el resultado esperado? Eso nos lleva al consejo tres.

3. Responder positivamente ante el fracaso:

No hay que ignorar el error o fracaso del niño si se quiere promover una mentalidad de crecimiento, puede ser un momento critico de aprendizaje demostrándole al niño que no debe ser perfecto en todo momento, el fracaso es una forma valiosa de aprender y mejorar. Los padres no deberían reaccionar con ansiedad o preocupación al creer que su hijo puede ser dañado o perder su confianza al fracasar, deberían responder positivamente a los errores del niño y hacerles ver que el fracaso es una parte del proceso de aprendizaje y que pueden sacar provecho de esto, evitando generar ansiedad o hacer que se sienta inepto.

4. No alcanza con decirle al niño esfuérzate hay que ayudarlos a fijar metas.

Si bien se debe elogiar el esfuerzo realizado por el niño durante el proceso, no se trata de alentar su repetición ciega. Es necesario hacer hincapié en el aprendizaje, la capacidad de mejorar tratando estrategias especificas y el establecimiento de objetivos. En general los objetivos deben ser desafiantes pero posibles y graduales para que los niños puedan percibir el progreso

5. Enseñar la mentalidad de crecimiento en todos los ámbitos de la vida:

Los niños pueden tener una mentalidad de crecimiento en un área y en otra no, por ejemplo pueden tenerla en el deporte, pero no en el estudio. Muchos niños pueden anclar la mentalidad de crecimiento a una situación particular, pero hay que tratar de desarrollar la actitud como un habito en todas las actividades cotidianas.

6. Enseñar con el ejemplo

Podemos contarles a los niños la forma en que nos enfrentamos personalmente a los desafíos, como los supero con esfuerzo, estrategias e integrando los errores y fracasos aprendiendo de ellos. Y cuando contamos historias hay que ser precavidos y prestar atención al tipo de historia que narramos, estamos seguros que son de crecimiento o son historias de mentalidad fija.

Lic. Psic. Fernanda López Romano

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